El alce (Alces alces) (en algunos lugares también conocido como ante[2] o anta[3]) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia de los cérvidos. Es un habitante típico de los bosques nórdicos de todo el mundo.[4]
Debido a la intensa caza a la que ha sido sometido desde hace siglos, el área de distribución original se ha reducido mucho, pero todavía quedan unos dos millones de ejemplares, más o menos repartidos por igual en Norteamérica y Eurasia.
Wilson y Reeder, en Mammal Species of the World (2005), consideran el alce euroasiático (Alces alces) y el alce americano u oriñal (Alces americanus) como especies diferentes, basados en las diferencias documentadas en el cariotipo, el tamaño corporal, la forma del premaxilar, la coloración y la estructura y las dimensiones de la cornamenta. Existe una zona amplia de hibridación entre las dos especies: en Siberia Central y al norte de Mongolia.[1]
El alce es el cérvido de mayor tamaño.[5] Presenta diversas adaptaciones a ambientes fríos, de las que una de las principales es una nariz grande con gran flujo de sangre para calentar el aire antes de que llegue a sus pulmones.[6] Los machos presentan unas astas de forma muy variable, aunque generalmente son anchas y palmeadas, ocasionalmente solo presentan puntas como otros cérvidos.[5]
Los datos corporales correspondientes a un ejemplar adulto varían entre los siguientes valores:
Su fórmula dentaria es la siguiente: 0/3, 0-1/1, 3/3, 3/3 = 32-34.[7]
Machos y hembras son ambos del mismo tamaño pero las hembras no presentan astas y los machos tienen una especie de colgajo en la papada.
En la Edad Media aún era posible encontrar al alce eurasiático en los grandes bosques del centro y del oeste de Europa; pero posteriormente fue exterminado por completo en esas zonas. Desde hace algunas décadas, las medidas de protección han conducido a una nueva multiplicación de las poblaciones de alces, que comienzan a extenderse hacia el sur y hacia las fronteras de su antigua área de distribución, así como hacia el norte en dirección a la tundra. Se los puede encontrar en inmensos territorios de Rusia y de Polonia, y su avanzadilla alcanza igualmente a la República Checa, a Alemania y a Austria. Se halla también en Mongolia y China (Manchuria).
El alce americano se distribuye por Alaska, Canadá y el norte de los Estados Unidos contiguos.
Se encuentra en terrenos arbolados, desde montañas hasta tierras de cultivo, con preferencia de lagos y valles fluviales.[7]
Como otros cérvidos, el alce americano fue introducido en Nueva Zelanda: se hizo un intento fallido en Hokitika en 1900, y, años después, en 1910, se liberaron en Fiordland cuatro machos y seis hembras. El último avistamiento comprobado se produjo en 1952.[8] En 1972 se halló un asta. En el 2002 se recogió una muestra de pelo que fue sometida a un análisis de ADN: el análisis demostró que se trataba de pelo de alce.
Con las investigaciones llevadas a cabo no se han obtenido imágenes de ejemplares, a pesar de la instalación de cámaras automáticas, pero sí se han hallado lechos de encame, señales de ramoneo y marcas de astas.[9]
En verano, los alces viven solos o en grupos familiares; en invierno, después del celo, se reagrupan en pequeños rebaños que comprenden de 5 a 10 individuos. Con excepción de las migraciones temporales —influidas, sin ningún género de dudas, por las densidades de población y las carreras que emprenden en el momento del celo—, los alces permanecen fieles a sus territorios, que por otra parte no defienden de ningún modo. Los alces se orientan sobre todo por el oído y el olfato; su vista es bastante débil.
Por lo general, las hembras suelen ser muy agresivas si sienten que sus crías están amenazadas. Los machos en época de celo, pueden luchar hasta la muerte de uno de ellos.
Es herbívoro, alimentándose de hojas y ramitas de árboles y arbustos, de tallos tiernos y de la corteza de los árboles, así como de plantas acuáticas de lagos y ríos,[10] pudiendo bucear en busca de nenúfares.[5] Sus largas patas les permiten alcanzar las hojas de las ramas altas; para obtener los vegetales acuáticos se hunden hasta la mitad en el agua, y para pacer a menudo se arrodillan. Necesita unos 19,5 kg de alimento al día.[11]
El celo tiene lugar de septiembre a octubre.[5] En esta época, ambos sexos emiten llamadas nasales chirriantes.[7] La duración del periodo de gestación oscila entre 242 y 250 días,[10] tras el cual las hembras jóvenes paren una cría y las de mayor edad dos, o excepcionalmente tres.[7] Las crías pesan al nacer de 11 a 16 kg,[11] y son capaces de seguir a su madre a los dos o tres días de edad, permaneciendo junto a ella hasta unos diez y quince días antes del nacimiento de la siguiente cría, momento en el que son expulsados por la madre.[7]
Según algunas taxonomías, los alces de América constituyen otra especie: Alces americanus.
Es cazado por deporte, así como por su carne, piel y huesos.[11] En Rusia se ha domesticado para producir carne y leche, y como animal de tiro.
En ocasiones puede convertirse en un peligro para el tráfico viario.[7]
El alce (Alces alces) (en algunos lugares también conocido como ante o anta) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia de los cérvidos. Es un habitante típico de los bosques nórdicos de todo el mundo.
Debido a la intensa caza a la que ha sido sometido desde hace siglos, el área de distribución original se ha reducido mucho, pero todavía quedan unos dos millones de ejemplares, más o menos repartidos por igual en Norteamérica y Eurasia.