Los escorpiones y rocotes, o escorpenas, son la familia Scorpaenidae de peces incluida en el orden Scorpaeniformes, con especies casi todas marinas y algunas raras de agua dulce, distribuidos por todos los mares de aguas tropicales y templadas, algunos se adaptan bien a vivir en acuario.[3] Aparecen por primera vez en el registro fósil en el Paleoceno, durante el Terciario inferior.[1]
Cuerpo comprimido, la cabeza normalmente con crestas y espinas; las escamas, cuando están presentes, normalmente son ctenoides.[3] Normalmente tienen una sola aleta dorsal, a menudo entallada; las aletas dorsal, anal y pélvicas pueden llevar glándulas de veneno; en algunos falta la vejiga natatoria, por vivir pegados al fondo.[3]
La mayoría tienen fecundación interna, depositando algunas especies los huevos en bolsas gelatinosas; las larvas que nacen de ellos son planctónicas.[3] Casi todos viven sobre el fondo marino, donde se alimentan de crustáceos y peces.[3]
La familia contiene a los peces más venenosos del mundo, muchos de ellos llamativamente coloreados; a pesar del peligro que esto representa, son precisamente los más usados en acuariología por su belleza, donde se aclimatan bien a la vida en cautividad, aunque son difíciles de mantener pues algunos requieren alimento vivo.[3]
Según FishBase existen alrededor de 200 especies, agrupadas en los siguientes géneros:[4]
Según ITIS, la familia Sebastidae no es válida, debe encuadrarse dentro de la familia Scorpaenidae como subfamilia Sebastolobinae.[2]
Además existen géneros fósiles:[5]
Los escorpiones y rocotes, o escorpenas, son la familia Scorpaenidae de peces incluida en el orden Scorpaeniformes, con especies casi todas marinas y algunas raras de agua dulce, distribuidos por todos los mares de aguas tropicales y templadas, algunos se adaptan bien a vivir en acuario. Aparecen por primera vez en el registro fósil en el Paleoceno, durante el Terciario inferior.