Los trombicúlidos (Trombiculidae) son una familia de ácaros conocidos vulgarmente como ácaros de la cosecha, ácaros rojos, tlazahuate (nahuatlismo de tlalzáhuatl, "sarna de la tierra"), aradores (en México), chivacoas o coloraditos (en Venezuela), coloradillas o chirotes (en Panamá), bichos colorados (en Argentina) o isangos (en la Amazonia Peruana).[1] Son ácaros diminutos (garrapatas, que habitan en vegetación baja como pastizales y matorrales y se adhieren a animales superiores que pasan cerca de ellos, para alimentarse de las células de la piel de sus huéspedes. Provocan un prurito intenso al hozar en la piel con sus quelíceros y secreciones proteolíticas.[2]
En América del Sur pueden llegar a proliferar en número prodigioso en algunos lugares, particularmente si hay presencia de ganado, pudiéndose coger literalmente puñados de ellos. Otros nombres con los que se conocen son coloradilla, tlalzahuate o pinolillo, ladilla (no hay que confundirlos con los piojos púbicos que también reciben este nombre), mismís o mismises, coquita, yaya, puca, piojitos de cigarra, baiburín, mojosa, etcétera. Aunque generalmente sólo molestan, algunas especies pueden transmitir el tifus bajo ciertas condiciones.
Las larvas son normalmente naranjas o rojas en color con sólo seis patas, pero desarrollan ocho en su fase de ninfa. Las larvas pueden medir más de 0.2 milímetros de tamaño.[3] Los ácaros adultos están sobre 1 mm de longitud.[3]
Los huevos son cubiertos con tierra húmeda. Después de salir del huevo, las larvas se posan en la brizna de la hierba y esperan por un potencial huésped. Con su «quelícero en forma de pala», se sujetan al huésped y se alimentan de los tejidos. Después de succionar los jugos celulares, lo que puede durar varios días, caen y se desarrollan en tres etapas de ninfa para convertirse totalmente en ácaros adultos.[3]
Los trombicúlidos (Trombiculidae) son una familia de ácaros conocidos vulgarmente como ácaros de la cosecha, ácaros rojos, tlazahuate (nahuatlismo de tlalzáhuatl, "sarna de la tierra"), aradores (en México), chivacoas o coloraditos (en Venezuela), coloradillas o chirotes (en Panamá), bichos colorados (en Argentina) o isangos (en la Amazonia Peruana). Son ácaros diminutos (garrapatas, que habitan en vegetación baja como pastizales y matorrales y se adhieren a animales superiores que pasan cerca de ellos, para alimentarse de las células de la piel de sus huéspedes. Provocan un prurito intenso al hozar en la piel con sus quelíceros y secreciones proteolíticas.
En América del Sur pueden llegar a proliferar en número prodigioso en algunos lugares, particularmente si hay presencia de ganado, pudiéndose coger literalmente puñados de ellos. Otros nombres con los que se conocen son coloradilla, tlalzahuate o pinolillo, ladilla (no hay que confundirlos con los piojos púbicos que también reciben este nombre), mismís o mismises, coquita, yaya, puca, piojitos de cigarra, baiburín, mojosa, etcétera. Aunque generalmente sólo molestan, algunas especies pueden transmitir el tifus bajo ciertas condiciones.