Los salmónidos (Salmonidae), son la única familia del orden Salmoniformes, peces marinos y de río que se distribuyen de forma natural por todo el hemisferio Norte, pero que han sido ampliamente introducidos por el ser humano en aguas frías de ríos de todo el mundo para pesca.[1] Su nombre procede del latín salmo, que es como llamaban en la antigua Roma a estos peces.[2] Aparecen por primera vez en el registro fósil en el Cretácico superior.[3] La especie más pequeña alcanza los 13 cm, mientras que los mayores ejemplares de las especies de mayor talla pueden alcanzar 1,5 m de longitud máxima.[1]
Tienen escamas pequeñas tipo cicloide; no presentan espinas en las aletas, teniendo todos ellos en su dorso una aleta adiposa.[1]
Muchos de estos peces son anádromos, pasando parte de su vida en el mar, pero retornando a los ríos que remontan hasta cerca de su cabecera para desovar en los lechos de grava; tras esto muchos de ellos mueren.[1]
Son especies muy valoradas en la pesca, tanto comercial como deportiva; también muchas son muy usadas en acuicultura, teniendo gran importancia su comercialización para alimentación humana.[1]
Esta familia biológica se compone de la siguiente manera: 3 subfamilias, 12 géneros y más de doscientas especies válidas, sin contar las subespecies:[1]
Los salmónidos (Salmonidae), son la única familia del orden Salmoniformes, peces marinos y de río que se distribuyen de forma natural por todo el hemisferio Norte, pero que han sido ampliamente introducidos por el ser humano en aguas frías de ríos de todo el mundo para pesca. Su nombre procede del latín salmo, que es como llamaban en la antigua Roma a estos peces. Aparecen por primera vez en el registro fósil en el Cretácico superior. La especie más pequeña alcanza los 13 cm, mientras que los mayores ejemplares de las especies de mayor talla pueden alcanzar 1,5 m de longitud máxima.